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Espectro bipolar o bipolar suave

Los síntomas depresivos oscilan entre las variaciones normales del ánimo en relación a situaciones difíciles (pérdidas, duelos, etc.) hasta aquellas patológicas que pueden obedecer a distintas causas: desde secundarias a enfermedades físicas (hipotiroidismo, cáncer, etc.) o genuinas alteraciones del ánimo, llamadas primarias.

El problema más significativo relacionado con la EB es diferenciar la depresión bipolar (episodio depresivo de la EB) respecto de la depresión mayor (unipolar), puesto que ambos episodios (monopolar y bipolar) de esta alteración primaria del ánimo tienen apariencia clínica similar en el corte transversal, es decir los síntomas observados al momento de la entrevista.

La tendencia internacional y nacional es realizar tratamiento ambulatorio de los episodios depresivos en Atención Primaria de salud, APS.

La creciente capacitación a los médicos generales, la disponibilidad de antidepresivos seguros y fáciles de prescribir, así como la dificultad para obtener asesoría o interconsultas psiquiátricas; los ha convertido en la primera línea (a veces la única alternativa) para el diagnóstico y tratamiento de los episodios de depresión mayor. Sin embargo, se ha invertido escaso esfuerzo en relación a la importancia de diferenciar la depresión bipolar de la depresión mayor unipolar en APS. En este contexto, la depresión genuinamente bipolar, pero no diagnosticada, la convierte en más resistente, con incremento del riesgo suicida.

En APS una proporción importante de aquellos pacientes con depresión y trastornos de ansiedad que resultan difíciles de tratar, pueden tener su causa en una enfermedad bipolar no diagnosticada, es decir, son “pseudoresistentes al tratamiento”. Si bien la prevalencia del espectro bipolar (desde las formas severas hasta las suaves) en la población general es 4,4%, en atención psiquiátrica ambulatoria y APS de pacientes con depresión, el riesgo de presentación de la EB puede alcanzar al 20-30%.

El diagnostico de depresión, que en realidad corresponde a una EB, puede demorar más de 10 años en promedio.

Es muy importante tener en cuenta que para el diagnóstico de EB no es suficiente que el paciente nos informe que ha sufrido días de hiperactividad, irritabilidad y pensamientos rápidos.

Es necesario considerar si los síntomas pueden estar ligados a las especiales circunstancias biográficas por las que ha pasado en tal período, incluyendo el consumo de estimulantes. Cuando las manifestaciones de aceleración se relacionan claramente con esa circunstancia, es conveniente postergar el diagnóstico de EB hasta completar otros datos: historia personal y genética de enfermedades del ánimo, incluyendo el informe de los parientes. De todas maneras, el antecedente de esa hipomanía nos debe poner en alerta.

Algunas personas pueden presentar temperamento hipertímico (gran actividad, cercanía afectiva, simpatía, alta autoestima, confianza en si mismo ,etc.), sin sufrir verdaderas alteraciones del ánimo. Sin embargo, con frecuencia es la expresión temperamental normal de las personas con patología afectiva que en algún momento de la vida puede convertirse verdaderamente en sintomática. Tal tipo de temperamento puede ayudar a fundamentar el diagnóstico.

Prof. Dr. Pedro Retamal C.
Departamento Psiquiatría.
Campus Oriente. Facultad De Medicina.
Universidad De Chile.