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Uso del ácido fólico en depresión

El empleo de esta sustancia es considerada una terapia complementaria. Estas son aquellas que si bien son poco usadas, tienen un buen asidero basado en diversos estudios, y constituyen posibilidades terapéuticas de cuarta o quinta línea. De primera linea es el empleo de farmacos antidepresivos.

Algunos ejemplos de terapias complementarias en las enfermedades del ánimo con mayor desarrollo en los últimos años son: el empleo de ácidos grasos Omega 3, la hierba de San Juan (Hypericum perforatum), y el ácido fólico, y sus derivados.

Las terapias alternativas serían aquellas sin fundamento en investigación médica, como terapia floral, reiki, entre otras. Estos tipos de terapéutica han prosperado debido al creciente interés de los pacientes por explorar tratamientos, en lo posible, “naturales”, los que resultan aún más importante para las mujeres durante el embarazo y la lactancia.

Lamentablemente, los organismos que regulan estos tratamientos ejercen escaso control respecto de quienes se someten a las terapéuticas convencionales, pudiendo no solo significar ausencia de efecto terapéutico, sino que también un daño al paciente, en especial si retrasan o reemplazan tratamientos con utilidad demostrada.

Probablemente los efectos colaterales de las terapias alternativas no son frecuentes ni importantes, y la ayuda del médico debe consistir en informar sobre el posible riesgo.

El ácido fólico cumple un rol fundamental en el ámbito del desarrollo neurológico del embrión, por lo que en nuestro país, y en muchos otros, la harina del pan se fortifica con 220 μg por 100 g de harina desde el año 2000, de modo de evitar defectos de cierre del tubo neural (espina bífida, anencefalia) y otras malformaciones incompatibles con la vida.

Causas o situaciones que llevan al déficit de acido folico son: Embarazo y lactancia, abuso de alcohol, malabsorción intestinal, diálisis renal, anemias; empleo persistente de algunos medicamentos, como anticonvulsivantes (lamotrigina, acido valproico y lamotrigina), metformina.

El nivel plasmático normal de folato es de 2.7 a 17.0 ng/mL, considerándose significativamente alterado cuando éste es menor a 2.5 ng/ml. Muy relevante es considerar que el déficit otorgaría riesgo aumentado de depresión, además de efectos cognitivos nocivos y peor respuesta a los antidepresivos.

El ácido fólico sería una buena alternativa para personas con déficit dietario de este nutriente, en dosis de 2 mg diarios. En personas con factores de riesgo para déficit de ácido fólico, además de la suplementación diaria, es necesario recomendar una dieta rica en este nutriente para otorgar formas naturales de la molécula, tales como legumbres, jugos y frutas cítricas, hortalizas de hoja verde oscura, hígado, carne de aves, mariscos, salvado del trigo y otros granos integrales.

El ácido folínico en dosis de 15 a 30 mg diarios estaría indicado en caso de sospechar una deficiencia de la enzima dihidrofolato reductasa (DHFR), la cual es inhibida por ciertos medicamentos medicamentos. El uso adecuado de la dieta y suplementos nutitivos puede ser de ayuda en algunos casos de depresión.

Dr. Pedro Retamal C.
Director Departamento Psiquiatría
Campus Oriente.
Facultad de Medicina
Universidad de Chile